La Ruta del Okavango nunca te dejará indiferente, cada día es intenso y cada noche un espectáculo donde se dibujan todas las estrellas de Africa austral. Es uno de esos destinos que combinan paisajes excepcionalmente bellos, los mejores safaris con una fauna abundante y culturas con raíces profundas. Estos son los tres grandes argumentos de Namibia, Botswana y Zimbabwe para el viajero.
La ruta combina paisajes espectaculares entre sí, como destellantes lagos de sal, una vegetación con más de 1.000 años de vida, un océano de dunas rojas o la costa de los esqueletos, conocida por la gran cantidad de barcos embarrancados en toda su extensión custodiados por una colonia de leones marinos. Recorremos Namibia para disfrutar de la escasa presencia humana en la parte norte del país, donde habitan los asentamientos auténticos de las tribus Himba, las tribus precursoras de la sostenibilidad. El camino nos conduce a descubrir la cultura bosquimana y colaborar en una de sus reservas, además de visitar las pinturas bosquimanas Patrimonio de la humanidad.
La vida salvaje se muestra en contraste con la aridez del desierto en el Parque Nacional de Etosha o permite disfrutar de la singularidad de una belleza deslumbrante como Spitzkoppe o el majestuoso Río Chobe con atardeceres de película en un safari en barco.
Otro clásico de esta ruta son las míticas Cataratas Victoria, sueño de los antiguos exploradores y uno de los tesoros de África son vistas desde un vuelo escénico en helicóptero. Y no puede faltar en este recorrido el mítico Delta del Okavango que se descubre por tierra, mar y aire, inundando planicies y pozas antes de desaparecer por las arenas del Kalahari. Todos ellos son motivos más que suficientes para considerar esta ruta una verdadera joya que recorre los tesoros mejor guardados de Africa Austral.