Hoy empieza un viaje largo, por primera vez visitaré el bello continente de África. Empiezo mi viaje con muchas expectativas, espero encontrarme con un lugar tal cual mis sueños lo describían.
Llego a Nairobi, Kenia de madrugada, ya estaba cansada pero con muchas ansias que amaneciera para ver el lugar. Me subí en un taxi con un poco de miedo, ya que no conocía la zona y no sé cómo funcionaba todo en aquella ciudad. Llego al hotel y estaba encantada de poder acostarme y dormir un rato, mi vuelo fue de muchas horas.
Al día siguiente me levanto emocionada y me vuelvo a dirigir al aeropuerto que es donde me juntaría con mi grupo que viene de España para empezar la nueva aventura. La ciudad era muy tranquila parecía una ciudad muy pobre pero con mucha vida. Llego al aeropuerto y espero a mi grupo y cuando llegan instantáneamente tendría nuevos amigos.
Ya todos reunidos llegó el camión por nosotros, pero no se imaginan el camión no era cualquier cosa… era de tamaño gigante y solo con verlo gritaba SAFARI y AVENTURA, en ese momento mi emoción se elevó un 100%.
Allí comenzó mi viaje, que en lo personal me cambiaría la vida. Nuestra primera parada Lago Naivasha. Fue un recorrido como de 3 horas, pero no lo sentí largo. Miraba a mis alrededores miraba la ciudad, la gente que nos saludaba cuando pasábamos, fue una experiencia que nunca había hecho. Pasamos al supermercado a comprar lo básico para tener en el camión para nuestros recorridos, agua, papalinas, y quizá un par de cervezas, luego seguimos al lago.
Cuando llegamos la propiedad donde estaba nuestro hotel era una especie de finca grande rodeada por un lago, pero eso no era lo más hermoso de todo. Cuando me asignaron mi habitación por mi ventana podía ver jirafas a unos cuantos pasos, cebras, ñius, todo a unos pasos de mi ventana. Cada vez mi emoción se iba elevando más y más de pensar en todas las actividades que me hacían falta por realizar y una iba mejor que otra.
Esa noche cenamos bajo las estrellas con una fogata y un poco a oscuras, escuchábamos ruidos extraños de animales que no sabía que eran, al igual que tampoco sabía a la distancia que estaban y eso me asustaba pero a la misma vez mi adrenalina subía.
Fue un día mágico, compartí con nuevas personas, conocí un nuevo lugar, en mi ventana tenía a nuevos amigos y esto era solo el comienzo faltaban 15 días de aventura y no podía estar más emocionada. Y para cerrar con broche de oro cenar con una comida deliciosa bajo las estrellas con los ruidos de la naturaleza. Un excelente primer día.
0
Deja una respuesta